Estos años la palabra “crisis” ha estado de moda. “Estamos en crisis”. “Salimos de la crisis”. A lo mejor a ti también te lo han dicho: “estás en crisis”, “la crisis de los 14”. 

Tendemos a pensar en la palabra “crisis” de forma negativa. Y no tiene que ser así. Porque la palabra tiene significados mucho más interesantes.

La palabra viene del griego y significa “decidir”. Se emplea cuando algo se rompe y es precio reflexionar para “decidir” el nuevo rumbo a seguir para superar la situación dañada. “Crisis” hace referencia a un momento crucial en la vida en el que habrá un cambio para mejorar (o empeorar).

Las crisis son tan comunes como necesarias. Lo importante es la manera en que se afronta la dificultad para que nos lleve a una nueva etapa de crecimiento en nuestra vida.

El año 1691 fue un año de crisis en la vida de La Salle. Tiene 40 años. Su obra ha crecido en Reims y París. El dinero no les alcanza para vivir. Algunos Hermanos mueren y otros abandonan. Los maestros de las otras escuelas le acusan, con mentiras, y Juan Bautista tiene que ir a juicio. Se cierran temporalmente varias escuelas y el desánimo reina entre los Hermanos. Muere el Hermano Enrique L’Heureux en quien La Salle había puesto muchas esperanzas. Varios otros Hermanos cayeron enfermos agotados por el peso del trabajo. También La Salle estuvo seis semanas en cama e, incluso, recibió la extremaunción por la gravedad de su estado.

La Salle reflexiona, ora, consulta y decide. Se da cuenta que es necesario afianzar la solidez de la fundación de su obra.

Primera medida: es necesario cuidar la vida de los Hermanos. Potenciar su formación y el tiempo de descanso. Alquila una casa con estos objetivos. Allí traslada a los enfermos y a los más jóvenes para su formación.

Pero la decisión más importante fue lo que se conoce como el “el voto heroico”. De La Salle, junto con otros dos Hermanos, se comprometen el 21 de noviembre de 1691, a permanecer unidos y seguir adelante en la defensa de las escuelas cristianas gratuitas “hasta el último suspiro” y aunque “sólo quedemos los tres y nos veamos obligados a pedir limosna y a vivir sólo de pan”.

Hoy es reconocido como un acto sin el cual no hubiese pervivido la obra de La Salle. Cuando parecía que todo se venía abajo, La Salle decide dar este paso generoso y valiente. Es una crisis de la cual su obra va a salir para comenzar una etapa de crecimiento.

Nos enseña este episodio que en momentos de crisis hace falta analizar las cosas con cuidado para tomar las decisiones más adecuadas a la situación. Y luego energía y fuerza de voluntad para ejecutar esas decisiones.